Variedades como la garnatxa, el Macabeo, la cariñena y el xarel·lo forman parte del cultivo tradicional vitivinícola ampurdanés. Cultivo al cual, hoy, se han de añadir cepas foráneas como el ojo de liebre, cabernet sauvignon, syrah y merlot que se han adaptado perfectamente a la tierra que los ha acogido y que permiten los excepcionales cupatges que configuran nuestros vinos.
Castell de Biart confía en la innovación desde el respeto a la tradición para conseguir una cualidad óptima. Es por eso que se ha ido introduciendo el cultivo de nuevas variedades, conservando las autóctonas o aquellas que ya son tradición en la zona. Todo junto, compaginado con un estricto control enológico que no cesa en el intento de conseguir simbióticos cupatges que redondeen la seria labor del cultivo de la viña y la cuidada elaboración. El resultado de tanta atención confluye en unos vinos blancos y negros y también en un cava reserva, en producción limitada, circunstancia que permite atender todos los detalles que hacen que estos vinos lleguen al consumidor en condiciones excelentes para ser degustados.
Castell de Biart, cuidando esta rigurosa trayectoria de respeto al medio y la nobleza con el producto, pretende conseguir un lugar predominante en el mundo ya bien valorado de los vinos catalanes .